Es muy típico ver el nuevo año como una catarsis o momento de cambio, cambia el año y cambia la suerte, pero… ¿es esto cierto o después de unos día todo vuelve a ser igual que antes? Hoy descubrirás cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte
Si lo crees así es porque todavía no te has dado cuenta de que, en realidad, tu eres la protagonista de tu propia historia, de llevar a cabo los cambios necesarios para conseguir esos objetivos que deseas, pero, como eso es complicado de conseguir, en lugar de responsabilizarte de tu día a día, de crear tus propias oportunidades, esperas que en momentos especiales y emotivos, venga el hada madrina y haga un poco de magia con su varita mágica, ¿verdad?.
Otro hecho que nos ocurre con el nuevo año es que el cambio de año no es lo realmente te ilusiona, sino que, al cruzar la línea o al cambiar de dígito, te cambia la mentalidad ya que el ser humano necesita puntos de inflexión, poner el contador a cero y dejar atrás ‘lo que arrastramos’.
Esa ilusión te lleva a pensar en propósitos para el nuevo año como una forma de cambiar ciertos aspectos de tu vida, porque tienes la sensación de volver a empezar, de tener una nueva oportunidad para mejorar, de confiar en que aquello que quieres cambiar puede convertirse en una realidad.
Así que si lo que deseas es un poco de magia y estás cansada de no cumplir cada año aquellos propósitos de tu lista, ha llegado el momento de dejar de plantearte los típicos propósitos de año nuevo y fijar tus metas en algo más importante y profundo, y lo mejor será que la busques en tu actitud, en lo que tú llevas dentro, porque como ya sabes, la verdadera responsable de todo es tu mentalidad y tu actitud. Así que, sigue leyendo y sabrás cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte
Lo primero que debes hacer, antes de empezar a escribir una nueva lista con tus propósitos para el año nuevo, es proponerte una cosa, echar un vistazo y revisar la lista de propósitos que elaboraste para el año anterior, y una vez hecho esto debes preguntarte lo siguiente
Contenido de este tema
Cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte: REVISIÓN DE PROPÓSITOS ANTERIORES
Únicamente el 8% de las personas que tienen propósitos para el año nuevo los cumplen. ¿Esto significa que estos propósitos no tienen sentido o que solo una pequeña minoría está lo suficientemente comprometida con sus metas para conseguirlas? No, simplemente tienes que hacer algunos cambios para llegar a conseguirlos y saber cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte.
La verdad es que es muy común que cada año te pongas demasiados propósitos los cuales al final acabas olvidando en los primeros meses del año o puede ser que la necesidad por hacer borrón y cuenta nueva te lleva muchas veces a plantearte objetivos demasiado ambiciosos que terminan por quedarse olvidados en un trozo de papel.
Así que, lo primero que debes hacer, antes de empezar a escribir una nueva lista con tus propósitos para el año nuevo, es proponerte una cosa, echar un vistazo y revisar la lista de propósitos que elaboraste para el año anterior, y realizar un análisis de los fracasos pasados, con curiosidad y apertura, sin crítica innecesaria, para ello deberás preguntarte lo siguiente:
- ¿Cuáles de esos propósitos has llevado a cabo a lo largo de este año?
- ¿Cuáles no has cumplido o ni si quiera has intentado?
- ¿Por qué no lo has hecho?
- ¿Cómo te sientes al no cumplirlos?
Seguramente muchos de los propósitos no los has cumplido, no te preocupes, es algo que pasa a la mayoría de la gente.
El 77% renuncia después de la primera semana y un 40% lo hace al cabo de 6 meses, de modo que solo un 8% de las personas cumple sus propósitos durante todo el año
¿POR QUÉ NO CONSIGUES CUMPLIR TUS PROPÓSITOS?
Ir al gimnasio, dejar de fumar o ahorrar más dinero, son tres de los propósitos más comunes y que se centran en cambiar hábitos de nuestra vida. En definitiva, mantener un estilo de vida más saludable. También son comunes algunos enfocados hacia proyectos personales como viajar más, organizar mejor las finanzas, aprender algo nuevo, etc. No obstante, habrá tantos y tan distintos como personas.
Pero la realidad esta lista que hiciste con tanta ilusión al final lo único que te acaba generando es frustración, estrés, ansiedad, tristeza o depresión al caer en pensamientos negativos sobre ti misma. La motivación y la ilusión con la que arrancamos enero no es la misma que en el mes de febrero, va bajando hasta que al final terminas por renunciar y vuelves a tus viejos hábitos, total que no cambias nada.
Pero no te preocupes, porque eso es algo normal, para que te hagas una idea, el 25% de las personas no logra cumplir sus propósitos durante la primera semana de Enero. El 77% renuncia después de la primera semana y un 40% lo hace al cabo de 6 meses, de modo que solo un 8% de las personas cumple sus propósitos durante todo el año. Pero… ¿Dónde está el problema? ¿Qué es lo que falla? Estas son algunas preguntas que debe plantearte para saber cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte
Los principales factores por los cuales no consigues los famosos propósitos de año nuevo pueden ser los siguientes:
Propósitos mal definidos
Seguramente conocerás el refrán popular que dice “entre el dicho y el hecho hay un buen trecho” en estas situaciones podemos aplicarlo a la perfección. Es decir, te dices a ti misma que vas a hacer muchas cosas pero no llegas nunca a la práctica. Creas tu lista sin tener en cuenta tu disponibilidad, por si no lo sabes las mejoras que nos proponemos en nuestra vida necesitan tiempo para poder convertirse en una realidad.
Además escribes el propósito sin un plan de acción que lo acompañe, unos pasos que te guíen hacia su cumplimiento. Establecer objetivos poco realistas o plantearse demasiadas metas son los principales motivos que dan al traste con los propósitos de año nuevo.
No son los propósitos adecuados
Otras veces el problema está en que los objetivos no son tuyos, si no que anotas los propósitos más populares sin pensar si realmente estos conectan contigo, con aquello que necesitas para mejorar tu vida y ser más feliz. Por ejemplo, apuntarte al gimnasio porque las personas de tu entorno lo han hecho, pero en realidad sabes que esa no es la única forma de hacer deporte y tener una vida activa y no te resulta lo suficientemente interesante como para ser constante durante varios meses. Al final, después de las primeras semanas de entrenamiento, abandonas el proyecto.
El miedo al cambio
Este es el responsable del abandono de muchos propósitos. Cada vez que te propones un cambio es necesaria una transformación que te obliga a salir de tu zona de confort, a esforzarte y cambiar algunos de tus hábitos. El miedo es una emoción que nos acompaña cada vez que hacemos algo nuevo y no pasa nada. Sin embargo, a menudo la simple idea del cambio es suficiente para infundir temor, por eso muchas personas prefieren quedarse en su zona de confort y aplazan continuamente las tareas para un mañana que jamás llegará. Y es que carecer de un plan detallado es la vía más segura para no lograr una meta.
Quizá la clave está en ver el nuevo año de forma diferente, como una oportunidad para cuidarte haciendo cosas que te gustan y que realmente conectan contigo, aquellas cosas que te permiten disfrutar del día a día, disfrutar de tu vida.
¿CÓMO ESTABLER PROPOSITOS U OBJETIVOS ALCANZABLES?
Si no tienes muy claro por dónde partir, empieza reflexionando sobre tu año pasado, pensando en las dificultades que has tenido y en las cosas que han ido bien. A partir de ahí, elige un ámbito o dos en los que concentrarte.
A partir de ahí, el segundo paso que tienes que dar es pensar ¿cuál es el cambio personal que quieres dentro de ti y que transforme tu vida y experiencias? Quizá la clave está en ver el nuevo año de forma diferente, como una oportunidad para cuidarte haciendo cosas que te gustan y que realmente conectan contigo, aquellas cosas que te permiten disfrutar del día a día, disfrutar de tu vida.
Por eso yo te recomiendo que te hagas propósitos cuyo beneficio recaiga sobre tu salud mental o emocional, en lugar de ponerte objetivos centrados en el peso o el dinero. Porque cuando centras tu energía en proteger tu salud mental, estás haciendo una inversión que compensa todo el año. Al final, los mejores propósitos son los que a ti te funcionen, pero si necesitas ideas, te puedo ayudar. A continuación te dejo una serie de propósitos prácticos y útiles:
- Decir no más a menudo
No estás obligada a decir que sí a cada invitación social, favor o evento que te propongan. Decir ‘no’ es una forma importante de proteger tus fronteras, establecer tus propios límites y al mismo tiempo cuidar de ti misma. Presta más atención a cómo te hacen sentir ciertas peticiones o expectativas. Si te preocupa lo que te están pidiendo, si te enfada o te estresa, es probable que sea un tipo de imposición para ti o algo que no quieras hacer.
También puedes repasar los costes y beneficios de decir sí o no, lo cual te ayudará a entender tus motivaciones y preocupaciones. La belleza de decir que no a una situación potencialmente incómoda o agobiante en realidad significa decir sí a algo más interesante para ti, como recargar pilas o pasar tiempo con tus seres queridos. Del mismo modo, si es otra persona la que responde negativamente a tu decisión, trata de no tomártelo de forma personal. Recuerda que no está siendo maleducado, simplemente está priorizando su bienestar.
- Dedicar más tiempo a cuidarte
Sacar tiempo para uno mismo no es un lujo, es una necesidad. El tiempo para ti es crucial para tu bienestar mental y emocional, por lo que reservar al menos una hora a la semana para hacer algo que te enriquezca, como dar un paseo largo, ir a clase de inglés o quedar para tomar un café con un amigo.
Si ves que vuelves a tus hábitos, patrones o pensamientos destructivos, saca tu agenda y mira la última vez que te dedicaste una hora a ti misma. Si te sientes extremadamente cansado, ansioso o fácilmente irritable, quizá necesitas aumentar la frecuencia de esos rituales de autocuidado.
- Aprender algo nuevo
Para tu autoestima, tu ánimo y tu visión de la vida es muy positivo centrarte en aprender y en crecer a lo largo de tu vida. ¿Hay algo que siempre te ha interesado pero has estado demasiado ocupada o te daba miedo probar? Pues es eso en lo que deberías concentrarte. Por ejemplo, aprender a hacer jabón, estudiar historia del arte, practicar yoga o volver a hacer algo que te encantaba de pequeña. La clave no es perfeccionar una nueva habilidad, sino estimular tu mente, plantearte un reto y descubrir la alegría de aprender simplemente por amor al arte.
- Cambiar la forma de hablarte a ti misma
Elimina eso pensamientos tóxicos que te limitan. El lenguaje tiene un poder inmenso, lo que te dices a ti misma crea una emoción, y esa emoción produce un comportamiento. La clave para cambiar tu perspectiva y desarrollar simultáneamente hábitos más sanos es cambiar tu diálogo interno. Para ello te recomiendo remplazar la palabra “debería” por “me gustaría”. Por ejemplo, en vez de decir “debería llamar a mi madre más a menudo”, cámbialo por “me gustaría llamar a mi madre dos veces a la semana para ponernos al día”.
La palabra ‘debería’ da una expectativa de perfección en nuestras vidas que suele ser poco realista, mientras que la expresión ‘me gustaría’ elimina la sensación de no ser suficiente y reduce la presión.
- Poner un plan para cada día
Los pequeños propósitos diarios crean una hoja de ruta para lo que quieres completar a lo largo del día y, más importante aún, marcan el tono de cómo quieres actuar y sentirte. Los planes y las intenciones siempre deberían situarse en lo positivo, de modo que tu mente vaya automáticamente desde un rincón de miedo o falta de ideas a un lugar de abundancia y esperanza.
Puedes ser más o menos específico. Por ejemplo, “voy a ser abierto y atento con cada persona que me cruce” o “voy a pasar al menos una hora en ese proyecto que siempre estoy retrasando”. Lo ideal es que ese plan o esa intención se convierta en una práctica diaria, como lavarse los dientes, para que no se te olvide planteártelo cada día.
Y recuerda que es un proceso, no necesariamente algo que vaya a conseguirse rápidamente, por ello es importante permitirte no cumplirlo a rajatabla todos los días
CONSEJOS PARA LOGRAR TUS OBJETIVOS O PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO
Para mantener la motivación a lo largo del año y la mente fija en las metas, el truco consiste en ponerse propósitos que estén más centrados en mejoras en vez de centrarse en lograr un resultado específico. Piensa en tu propósito como una intención o como una decisión consciente, ya sea a diario, semanal o mensualmente, que te ayude a mejorar un área de tu vida. Y recuerda que es un proceso, no necesariamente algo que vaya a conseguirse rápidamente, por ello es importante permitirte no cumplirlo a rajatabla todos los días.
Para ello te ofrezco cinco consejos que se deben tener en cuenta para aumentar la posibilidad del éxito y así lograr que los propósitos de año nuevo sean una realidad.
Crear una lista de propósitos realistas
Aprovecha los días de descanso para buscar un momento y tomar conciencia de aquello que deseas, plantearte unos objetivos que tengan sentido para ti, que te lleven a mejorar uno o varios aspectos de tu vida, todo ello siendo realista contigo misma. Por ejemplo, ahorrar algún dinero para poder viajar al extranjero en verano durante una semana, quizá no es un objetivo muy realista si tienes un sueldo que te da para vivir y cubrir los gastos necesarios.
A menudo nos imponemos metas demasiado elevadas, las cuales no podemos conseguir y esto hace que nos desanimemos. Mejor empieza por intentar pensar en propósitos que estén dentro de tus posibilidades, aquello que te puedes permitir como por ejemplo irte de vacaciones a algún lugar más cercano y menos días. Las metas que dependen de nosotros son más fáciles de alcanzar, porque la meta se redacta en función de lo que depende de ti y es específica, sabes concretamente qué tienes que hacer y cómo.
También es muy importante tener en cuenta que crear nuevas rutinas puede no ser fácil y que cada uno de tus propósitos para año nuevo conlleva energía, cambio y disciplina. Por eso procura que tus propósitos sean pocos y concretos. “Adelgazar” es un propósito muy genérico, prueba a concretar un poco más pensando cuánto necesitas adelgazar, qué métodos de adelgazamiento vas a seguir, si vas a consultar con un profesional… de esta forma te será posible hacer un seguimiento para ver si lo estás o no cumpliendo y te sentirás más comprometida con tu propósito. Concretar la meta lo más claramente posible para que para la mente pueda visualizar, medir y describirla de forma fácil
Confía en ti misma y permítete fallar
La entrada a un nuevo año es momento de volver a confiar en uno mismo. Depositar toda la confianza en la propia persona es fundamental para continuar. Pero resulta que en ocasiones, algunas metas no se alcanzarán, y es fundamental ser consciente de ello. En ese caso, no debemos frustrarnos y culparnos, sino simplemente permitirnos fallar en algunos momentos y ver qué solución podemos aplicar para mejorarlo.
Además es importante escucharnos y darnos permiso para hacer lo que necesitamos en cada momento, aunque eso conlleve no alcanzar una de las metas que planteábamos.
También es fundamental recordar siempre que, con esfuerzo, constancia y motivación, lograremos aquello que nos proponemos.
Diseñar un plan de acción
Las buenas intenciones están muy bien, pero a menudo se quedan varadas en el mundo de las ideas. Por eso no basta con tener tus propósitos en mente, fantaseando sobre cómo te ves cumpliendo cada uno de ellos y lo maravilloso que eso sería. Está bien fantasear pero mejor es llevarlos a la práctica y eso se consigue con un plan de acción el cual te ayuda a ir planificando los pasos a seguir para cumplirlos.
Para hacer que los propósitos se conviertan en una realidad, lo primero es redactarlos por escrito basándote en la idea de cuál es la razón para hacer este cambio en tu vida, cuáles son los beneficios que vas a conseguir y qué renuncias tienes que hacer para conseguirlos. Aquello que se planifica de manera consciente hace más fácil su cumplimiento, así que para poder hacer un buen plan tendrás que plantearte las siguientes preguntas:
- ¿Qué pasos vas a dar para llevarlos a cabo?
- ¿Es algo que puedes hacer sola o necesitarás la ayuda de otras personas?
- ¿Qué tiempo tienes para dedicarle? ¿Tienes que renunciar a algo para sacarle tiempo?
- ¿Cuáles son las dificultades que puedes encontrarte en el camino y qué podrías hacer para superarlas?
Llevar un control de tus propósitos.
¡Escríbelos! Esto te permitirá ir evaluando tus avances, adecuar la estrategia y dividir el objetivo en subobjetivos. Llevar un control favorecerá que conviertas tu propósito en un hábito. Piensa que ese propósito es un cambio que estás introduciendo en tu vida y necesitas estar especialmente pendiente de él y ver si lo estás consiguiendo. No se trata de castigarte y culparte si algún día no lo haces. Más bien es hacer una reflexión sobre aquello que necesitarás cambiar para poder conseguirlo.
Motivación para cumplirlos.
Cada vez que empiezas con nuevos propósitos lo haces con la mejor de las intenciones pero frecuentemente pierdes pronto de vista ese objetivo y te dejas llevar. Pierdes la motivación inicial, y poco a poco tus propósitos se convierten en papel mojado. Para mantenerte motivada recuerda cómo será tu vida una vez lo logres, en qué te va a beneficiar, cómo vas a cambiar o cómo te vas a sentir y sobre todo que cada pequeño paso que das te acerca más a tu objetivo. Cuanto antes empieces a cumplir con tu lista de propósitos de año nuevo, más motivada estarás para continuar.
Experimenta el poder de la visualización. La visualización es una gran herramienta. Sin embargo, todos los estudios confirman que visualizar solo la meta no aumenta la probabilidad de llegar a ella. El secreto está en imaginarse todo el proceso, incluidos los posibles baches, tropiezos, dificultades. Si visualizas un obstáculo en tu mente y buscas las posibles soluciones, cuando este ocurra en realidad ya no tendrá el poder de paralizar o desmotivarte.
Y como bonus extra te aconsejaría que te rodees de personas que te motiven, que te apoyen, que crean en ti, encuentra “tu grupo”. Los objetivos que compartimos con un grupo son más fáciles de conseguir.
Una mala gestión emocional de este nuevo comienzo puede ser un problema, y puede provocar otras dificultades como la ansiedad, depresión o el estrés.
LA IMPORTANCIA DE LA AYUDA PSICOLÓGICA PARA SABER: Cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte
Todo en la vida lleva su proceso lo cual significa que para conseguir tus objetivos tendrás que empezar desde abajo y poco a poco ir superando obstáculos. Uno de los problemas más frecuentes que solemos cometer en cuanto a objetivos es querer empezar la casa por el tejado, es decir, ponernos objetivos muy altos para los que aún no estamos preparados y naturalmente que luego llegan las frustraciones. Todo lo que vale la pena en la vida cuesta esfuerzo y tiempo, por esa misma razón tienes que tener muy claro que para poder construir el tejado de tu casa será importante tener una base sólida en la que pueda sustentarse.
Una mala gestión emocional de este nuevo comienzo puede ser un problema, y puede provocar otras dificultades como la ansiedad, depresión o el estrés.
La psicología te puede ayudar a que los objetivos que te marques sean realistas, enseñarte a mantener una motivación constante, revisar esas ideas erróneas que pueden aparecer durante el proceso de consecución de objetivos. Puedes aprender a trabajar estos pensamientos, ya que muchas veces nuestro peor enemigo somos nosotros mismos cuando nos boicoteamos, de ahí radica la gran importancia de poder contar con el apoyo psicológico que te enseñe a ser realistas y menos dura contigo misma para poder lograr tus objetivos.
Aunque, como ya sabes, si pones en marcha estos consejos y, a pesar de que ya sabes cómo cumplir tus objetivos y no volver a fallarte, no consigues, puede que haya otros factores que estén influyendo. Si consideras que necesitas orientación sobre cómo gestionar esta situación te aconsejo que busques ayuda profesional.
Recibe la ayuda experta que necesitas, para ello, solo tienes que solicitar una primera entrevista informativa gratuita y sin compromiso, para saber cómo trabajo personalmente.
Rellena el siguiente formulario o llama al 697 230 781. Te espero.
¿Te ha resultado interesante? ¿Te has sentido identificado? Deja tus comentarios, comparte tu experiencia y muchas gracias por leerme.